Pepito llega a la escuela recordando que no había hecho la tarea, por lo que decide improvisar cuando la maestra le llama:
«A ver, Pepito, léenos tu ensayo a las madres».
Y comienza Pepito:
«Oh, madre querida. Tú estabas atendiendo a mi papá y a sus amigotes, y yo te ayudaba en la cocina, cuando mi padre te llamó y tú me gritaste: Pepito, tráete 2 cervezas. Yo corrí al refrigerador, abrí la puerta y mire dentro. De inmediato regrese contigo y exclamé: ¡MADRE, SÓLO HAY UNA!»